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2013/01/26

Nuestra Granja

Imagina una granja. Las pequeñas criaturas nacen, crecen, se reproducen y mueren en un ambiente controlado para el beneficio del granjero.

En el caso de las aves, se les suele cortar parte del pico para evitar que se hagan daño si pelean.

Si el ave puede volar, se le suele cortar parte del plumaje de las alas para evitar que escapen.

Se les da comida regularmente, agua, calefacción. Y, a pesar de que vivan en sobre población, y que manipulen sus genes para que crezcan más rápido y engorden más, y que un día vengan a meterlos en cajones hacia su fatal destino, quizás piensen que así es como son las cosas.

Cómo podrían conocer la alternativa.

Hay cosas que no tienen la capacidad de conocer. Por las limitaciones de sus sentidos e inteligencia, y por la información que tienen disponible.

Difícilmente han logrado ver alguna vez el cielo que está más allá de las ventanas y techos tapizados de blanco inmaculado. Difícilmente imaginan que existen otro tipo de seres aparte de ellos mismos y sus cuidadores. Difícilmente le creerían a alguien si se los contara.

Los granjeros suelen volverse insensibles en su trato hacia la especie que cuidan. Es muy difícil lograr empatía con alguien de quien sabes te aprovecharás. Quizás dejarías de hacerlo. Económicamente, es mejor no sentir nada al respecto y, al contrario, idear mejores formas de obtener más por el menor esfuerzo.

Aprovechándose de las limitaciones de los sentidos de sus animales, un granjero podrían incluso usar trucos biológicos. Como aprovechar el efecto de impronta para hacer pasar un muñeco por una madre. Como rociar de feromonas un trapo para que todos lo sigan.

Si se les pudiera preguntar, seguramente esas sensaciones son tan reales como para nosotros sería ver a nuestra madre, o a la mujer o el hombre más atractivos del mundo.

Cuando uno conoce la explicación, cosas como esas parecen trucos baratos y son tontos los que caen en ellos. Pero quizás nos estén haciendo lo mismo a nosotros.

Aunque la granja sea una cárcel, quienes viven en ella no lo saben y puede que hasta piensen que son libres, ya que no conocen una alternativa mejor.

Nosotros, los humanos, pensamos que somos libres. Principalmente porque es lo que se nos enseña a creer. Algunos, con el tiempo, pueden llegar a cuestionar que esto sea así, dado que lo que uno puede hacer se encuentra limitado por un conjunto de normas que nos son impuestas desde el nacimiento y que nadie puede evadir fácilmente.

Somos libres, y podemos ir a donde queramos y hacer lo que queramos, si seguimos las reglas del sistema. De modo que si algo no logramos es porque no estamos lo suficientemente capacitados.

Igual que en las granjas, nos cortan parte de las alas, parte del pico, y nos dan un conjunto de reglas que aseguran alimentación y cobijo para todo aquel que las siga.

Hay quienes piensan que efectivamente tenemos cuidadores, usando con nosotros trucos biológicos y sociales que están más allá de nuestra comprensión. Para hacer pasar un muñeco como si fuera uno de nosotros. Lo que más amamos, lo que más deseamos, a quienes seguiremos. Para mantenernos controlados.

Pensamos que la forma en que vemos que ocurre la muerte es la única que hay. Pensamos que, por alguna enfermedad o accidente, la gente se va y su cuerpo queda y que eso es morir. Nadie viene con cajas para llevarnos. No parece que nadie se aproveche de nosotros como en una granja.

Podría ser que seamos como las abejas, o como en un zoológico. Que aunque no somos consumidos, producimos algo que es valioso para el granjero.

2013/01/08

Para reflexionar

He visto como puedes dejar una maceta solo con tierra,
arrancando el verde que te ofrece la naturaleza,
solo porque no lo sembraste,
y le llamas mala hierba
aunque también sean flores bonitas.

He visto como puedes matar un árbol,
solo porque su forma no es la que a ti te parece correcta.

He visto como prefieres una casa bonita a un hogar feliz.
Solo porque no lo puedes controlar o no fue como esperabas.

He visto como puedes deshacerte de las cosas de otros,
solo porque no entiendes lo que ellos sienten por ellas,
ni el amor que les han dado al construirlas o criarlas.

Ahora veo que eres así. Quizás sea de familia. O tu generación.
Que viven buscando mejorar por fuera y no lo que realmente importa,
que es lo de adentro.

Mucha máscara y maquillaje, buscando una casa bonita, jardines, flores
y dentro soledad, tristeza, disgustos.

Se han perdido en esa ilusión generación tras generación,
sin honrar su corazón, sin permitirse hablar desde el fondo de su alma,
sin cultivar la confianza, sin permitirse amar completamente.

Felicidad es la que hay adentro y no afuera.

En lugar de una casa bonita llena de caras largas, desconfianza e hipocresía,
prefiero una casa humilde con gente sincera, que confíe en su amor, que se ame.

Si puedes, busca algo humilde que tengas cerca tuyo ahora mismo, donde estás,
aún una roca, sin forma, de un color cualquiera,
y aunque no lo sientas aún, dile al universo: Es maravilloso.

Si puedes, escucha lo que universo te hace sentir.

Si puedes, repite estas frases, aunque no las sientas aún:

La vida es mas importante que la belleza.
Mi hogar es más importante que mi casa.
Mi cuerpo es mas importante que mi ropa.
Mis pies son más importantes que mis zapatos.
Mi salud es mas importante que el dinero.
Mi alma es más importante que mi fama.
La verdad es más importante que la apariencia.
Yo soy importante.

2013/01/06

Honor y Amor

Me parece que leyendo sobre la inteligencia emocional estaba una historia sobre la niña hija del autor. En su cumpleaños, había recibido bonitos obsequios y él le insistía que los compartiera con sus amiguitas, para que vieran que buena niña era, pero sólo conseguía que ella se cerrara más. Después de intentarlo sucesivamente con halagos, sobornos y amenazas, finalmente le quitó un juguete para que alguien más lo pudiera usar.

Después, reflexionando, se dio cuenta que lo que en realidad había querido era que vieran qué buen padre era él. Había preferido fortalecer su imagen como padre ante los demás que fortalecer su relación con su propia hija. No había estado bien. Porque es natural que alguien pase primero por satisfacer la posesión completa de algo, para poder luego disfrutar el dar. No se puede dar lo que no se recibe primero.

Los padres se sienten responsables por sus hijos y trabajan para que tengan sustento y educación. Porque los aman. Sin embargo, muchas veces como que limpian con una mano y ensucian con la otra, sin darse cuenta. Los mensajes que se dan a los hijos influirá en lo que ellos piensen de sí mismos y cómo se sientan en el mundo.
A menudo se expresa:
  • "Ah mira, no eras tan tonto", en lugar de "¡buen trabajo!".
  • "Te faltó hacer esto (una pizca)", en lugar de "¡cuánto has avanzado (un montón)!".
  • "¿Por qué no eres como X?", en lugar de "¿Tienes algún problema en que te pueda ayudar?".
  • "¡Hazte esto!", es lugar de "por favor, ¿podrías ayudarme?" 
Quizás se debería tener más presente que:
  • El desdén continuo va debilitando la confianza en sí mismo y gestando resentimientos. Nadie quiere ser tratado como alguien inferior.
  • El respeto que damos es el que nos damos a nosotros mismos. Cada persona aprende a ser dueña de sí misma cuando se le da la oportunidad de hacerlo.
  • En lugar de hacer notar aquello que queremos desaparecer, es mejor celebrar aquello que queremos que permanezca.
Es importante que hagan bien las cosas, pero no tan importante como que se sientan bien haciéndolo. Como alguien dijo, es preferible un plato roto que un niño roto.


Cada problema contiene su solución

Cuando alguien ayuda a una mariposa a salir de su capullo, le evita el esfuerzo de romperlo, pero es necesario ese esfuerzo para que complete su desarrollo, fluya la energía por sus tejidos y sea capaz de volar.

De modo similar, cuando se ayuda a un polluelo rompiendo el cascaron por él.

O cuando se realiza una cesárea.

Hay algo en esos límites, a veces evidente, a veces sutil, que terminan de definir lo que el nuevo individuo será.

La mariposa, el polluelo, y nosotros mismos, hemos llegado aquí como resultado de un proceso en el que otras alternativas quedaron atrás.

Cada ambiente contiene el filtro, con sus propios castigos y recompensas, que define su resultado. Castigos o recompensas extras transforman el ambiente original en otra cosa diferente. El filtro distorsionado, a pesar de las buenas intenciones que se puedan tener, define otros resultados.

A veces queremos salvar a alguien, ayudarlo, facilitarle las cosas, pero al hacerlo modificamos el problema y con ello la solución.

Se acuerda la ciencia cuando fue ternera

En la ciencia, en esencia, uno supone que cierta idea es verdad y la va elaborando lógicamente a ver a donde conduce. Se asienta cuando permite comprender algún hecho experimental. Se descarta cuando algo no corresponde, o hay un modelo más simple.

Supongamos que los fantasmas existen. Supongamos que tenemos un alma inmortal. Supongamos que lo que pensamos e imaginamos influye en el mundo físico. A ver a dónde nos conduce. Si algo no es verdad, aparecería algo que no corresponde.

Así ha avanzado la ciencia. Proponiendo que la tierra no es plana. Que el sol no gira en torno nuestro. Que hay seres pequeños invisibles que nos producen enfermedades. En un tiempo sonaban absurdos y ahora es sentido común.

Así que es saludable que tratemos con respeto también a lo absurdo. Nunca se sabe.

Así que... suponiendo que nuestros pensamientos pueden influir el mundo físico, los conjuros vendrían a ser herramientas mentales cuyo uso mejora con la práctica.

Un cuento o una canción puede ayudar a ir formando eso en nuestras mentes.

Qué tan inofensiva es ahora la música que escuchamos. Qué tan buena la canción con que arrullamos un bebé. Y los cuentos, y las historias donde aprendemos a forjar armaduras, espadas, escudos...

Si fuera cierto, y lo supiéramos, y quisiéramos manipular a la gente, la educaríamos de cierto modo, y continuamente ocuparíamos su mente con ciertos mensajes.

Pero nada de eso está pasando ahora, como para indicar que alguien lo sabe... No es así?

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