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2016/11/29

Darse cuenta

Faltando un poco para llegar a mi destino, de pronto se me hace claro que podría haber llamado. Hubiera sido una buena idea. Hasta parece tan obvia ahora. ¿Por qué no lo pensé antes?

Hay ocasiones donde no atisbamos algo que sería muy evidente después, o para otra persona, con otro punto de vista.

Parece que ese darse cuenta se dispara ante determinadas circustancias, en cierto ambiente.

Por otro lado, esas ideas y ese darse cuenta ciertamente nos ayudan a tomar mejores decisiones. Y nuestro destino es producto de nuestras decisiones. Así que es realmente importante darnos cuenta cómo funciona el darnos cuenta.

Aunque no sea tan obvio, muchas veces no somos completamente concientes de las opciones a nuestro alrededor. A veces no es como que el sol está sobre el cielo iluminando todo. O una gran lampara sobre nuestras cabezas. A veces es como una linterna, cuyo haz no apunta a todos lados al mismo tiempo sino solo a cierta dirección. A veces es como una vela.

Cuando  realizamos visualizaciones creativas, parece que somos más propensos a darnos cuenta de aquellas ideas que contribuirán a realizar esas visualizaciones. Es como si, al haber imaginado disfrutando el sabor de las moras, de pronto estuvieramos distinguiendo más moras que antes, y eso va girando nuestro rumbo hasta que allí estamos, en medio de un camino con árboles llenos de moras.

Las visualizaciones influyen en nuestro darnos cuenta. Nuestro darnos cuenta influye en nuestras ideas. Nuestras ideas influyen en nuestra decisiones. Nuestras decisiones nos conducen a nuestro destino.

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