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2007/05/30

Atras del cristal

Vivir mintiendo
es como vivir representando
una vida en la televisión.

Te esfuerzas por hacer
que la gente vea las cosas
como quieres que las vean.

Si pudieran cruzar el cristal de la pantalla
encontrarían la verdad,
quizás las paredes de cartón,
el color del maquillaje,
la flores sin perfume.

Pones incluso a tus amistades
y a quienes amas
detrás del cristal.

Todos ven tu alegría,
tu felicidad,
pero aunque te ven,
sabes que nadie te conoce,
y aunque parece que te han tocado,
nadie ha sentido sino el cristal.

2007/05/16

Felicidad

Tal vez la causa de la infelicidad es anhelar aquello que está más allá de nuestro alcance. Por anhelarlo, dejamos de valorar aquello que sí está a nuestro alcance. Por ir hacia eso, dejamos lo que ya tenemos y, como está más allá de nuestro alcance, finalmente nos quedamos en medio, sin lo que teníamos y sin lo que anhelamos, como desnudos, y sintiendo el frío de una culpa innecesaria.

Sucede más a menudo de lo que parece a simple vista.

Alguien contrata a un empleado que rinde 100 pero lo pone a hacer un trabajo de 120. El empleado se sobre esfuerza y finalmente consigue 110. El empleador anota un fracaso de 10 puntos debajo de la meta y le da una penalidad. No le importa que haya logrado 10 puntos sobre su desempeño normal.

Puedo imaginar que alguien contrata a un empleado que rinde 100 y lo pone a hacer un trabajo de 100. El empleado cumple su trabajo. Todos felices.

La llave de la felicidad puede ser tan simple, que se pierde por anhelar algo que está más allá de lo que se puede conseguir.

Alguien encuentra el amor. Luego lo va comparando con el ideal que anhela de la pareja que espera para el resto de su vida. Uno a uno va notando sus defectos, las cosas que no puede cambiar. Finalmente lo deja. No le importó las virtudes que también tenía, ni los cambios favorables que sí pudo hacer mientras estuvieron juntos.

Puedo imaginar a alguien que encuentra alguien que le gusta y lo acepta tal como es. Recibe lo que le da como el regalo que es, y le regala de sí también. Cada día ve lo que sí tiene, las alegrías dentro de las tristezas, los destellos de felicidad. Se forma el amor. Llega un día en que mira atrás y ve un camino muy distinto al ideal que imaginara, y sin embargo es felíz.

El camino a la felicidad puede ser ver aquello que sí tenemos en lugar de aquello de no podemos alcanzar todavía.

No se trata de conformarse. Se tienen sueños, como montañas lejanas. No se trata de no querer ir hacia ellas. Se trata de ir paso a paso. Ver a dónde sí puedes llegar cada día. De la manera más simple. Lo mejor que se pueda. Paso a paso haremos chozas y casas, plantaremos flores y árboles, tendremos amigos y familia, cruzaremos ríos, abismos y valles. Donde sea que lleguemos, habremos sido felices todo el camino.

Quizás el primer paso a la felicidad es darse cuenta que hay cosas que no son como nos las contaron, y buscar el mapa correcto.

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