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2011/05/03

Felicidad y ser felíz

Parece que hay algunas cosas que hemos aprendido a aceptar sin cuestionarlas demasiado, y sin embargo podrían ser claves en nuestra forma de ver el mundo y de vivir en él.

Estoy leyendo un libro sobre la felicidad y cómo podemos aprender a ser felices. Para este aprendizaje, se ha ideado formas de medir el progreso. Cómo medir la felicidad.

Una parte de mi lo ve naturalmente lógico. La ciencia mide las cosas para comparar alternativas.

Pero otra parte de mí se sintió confundida ante el concepto. Como si medir y ser feliz fueran algo que no pudieran combinarse de ese modo en una oración.

Voy comprendiendo que no todas las personas tienen el mismo concepto de la felicidad.

Para algunas, es la sensación que tienen cuando logran algo y reciben un premio. Ese reconocimiento, esa aprobación, ese sentimiento de ser queridos. Así que su vida es una serie de carreras cuyas metas van alcanzando. Cada vez que llegan a una, son felices.

Para otras, es la sensación de plenitud que tienen cuando contemplan algo maravilloso. Y, oh maravilla, resulta que con el tiempo vas descubriendo que todo tiene algo de maravilloso. Bits de felicidad aquí y allá, frente a nuestros ojos. En el cielo del atardecer, en la brisa que llega cuando caminas, en la piedra que yace entre la hierba, tras una ventana, y cuya existencia se cruza con la tuya cuando la contemplas. No hay carreras, no hay metas, sino el dulce placer de cada paso.

¿Qué tanto de la felicidad está en lo que observamos?, ¿qué tanto en la forma como lo observamos, al aceptar, con plenitud, lo que es, como es?.

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