Hay un esclavo milenario, cuyas pesadas cadenas se ha acostumbrado a cargar. La cadena se ha desvanecido. Los hombros ya no sienten el peso. Las piernas podrían impulsarlo a dónde quisiera. Sin embargo, se sigue arrastrando.
No eres libre cuando puedes comer lo más fino, gozar los más sofisticados placeres, o tener lo mejor de lo mejor.
Tampoco eres libre cuando puedes comer lo que quieras del mundo, ir a donde quieras en el mundo, tener lo que quieras del mundo, o hacer lo que quieras que el mundo te ofrece.
Eres libre cuando nada de eso importa. Cuando comes, vas, tienes, haces, lo que tú eres.
Buscar
Archivo del Blog
-
►
2020
(7)
- ► septiembre (1)
-
►
2016
(11)
- ► septiembre (2)
-
►
2012
(21)
- ► septiembre (2)
-
►
2011
(31)
- ► septiembre (4)
-
►
2010
(25)
- ► septiembre (3)