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2007/07/13

Estudios Generales

La publicidad de una institución educativa dice algo como "¿Por qué desperdicias tu tiempo estudiando filosofía? Aprende con nosotros lo que realmente usarás en tu carrera". Eso refiriéndose a los cursos que aparentemente no tienen mucha relación con la profesión que uno desea ejercer. El mensaje parece ser claro ¿por qué estudiar algo que no se necesita?.

Quizás lo que está ocurriendo es que el mercado laboral parece estar solicitando más conocimientos técnicos. La mayoría de universidades que se ven no suele dan mucha formación técnica. Llega el profesional así formado a un trabajo y debe pasar cierto tiempo en capacitación. Lo cual sería algo más razonable si no fuera porque a veces las universidades dejan suponer que ellas cubren todo lo que se necesita saber para trabajar. Alimentan esa ilusión y luego, cuando hay que invertir en capacitación, se siente eso como la evidencia de una instrucción deficiente. Entonces aparecen alternativas ofreciendo más capacitación técnica dentro de la universidad. Cada vez más capacitación técnica, hasta que llega un momento en que abiertamente se hace la pregunta ¿por qué perder tu tiempo estudiando otra cosa?.

Pienso que las técnicas son como herramientas. Si el objetivo de un profesional es resolver problemas, a lo largo de toda su vida irá aprendiendo y entrenándose en el uso de diversas herramientas según las circunstancias. No necesariamente se hace todo en una universidad.

Una universidad con un mensaje como el del aviso me lleva a pensar que se puede caer en la confusión entre el objetivo y los medios para lograrlo. Si aprender a usar una herramienta se convierte en el objetivo, entonces hay varias cosas de los estudios generales que parecen no tener razón de ser. Pero si los cursos son herramientas para llegar a comprender problemas entonces posiblemente la mayoría tiene una razón de ser.

Pero hay universidades en donde los cursos y especialidades se han convertido en objetivos por sí mismos y su desarrollo los ha llevado a ser herramientas poco útiles para resolver problemas reales. Tal vez es natural que se cuestione su necesidad.

Pero creo que hay un error en creer que la especialización es una solución. La especialización funciona bien en un ambiente reducido. Eso mismo lleva a la creación de celdas dentro de las organizaciones lo cual a la larga se convierte en un obstáculo para su evolución. La generalización, en cambio, tiende a hacer un campo continuo, donde todos tienen más capacidad de participar en la mejora de la organización como un todo.

Parece que las empresas que mejor prosperan en el mundo son aquellas en las que todos sus empleados son capaces de participar en la búsqueda de los mejores resultados. Para esto, son mejores las personas que son capaces de ver más allá del problema y también más allá de las herramientas, para encontrar la causa, decidir qué herramientas usar, o incluso construirlas si no las hubiera.

Si para eso son mejores las personas capaces de adaptarse y evolucionar, entonces especializarse sólo en una herramienta estrecha demasiado la mira. Es como apostar todas las fichas a un solo número.

Si el objetivo más general es ser capaces de solucionar problemas, y los problemas son cambiantes, entonces es importante poder ver más allá de las herramientas; poder usar eficientemente las herramientas que tenemos disponibles, pero poder también mejorarlas o crear otras nuevas.

Pienso que una universidad debería ayudar a desarrollar tales habilidades.

Tal vez se podría hallar una receta de cursos que para ser aprobados lleven al estudiante a desarrollar esas habilidades. Pero no deberían ser recetas mágicas, sin base sólida ni un por qué que permita medir su eficiencia. Me parece que para el diseño de los cursos se debe partir de la necesidad de resolver problemas verdaderos que hay en el mundo real y tener eso como objetivo de calidad. Que ese sea su por qué, de modo que sirva como referencia en un proceso en que los diseños puedan irse mejorando continuamente.

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